miércoles, 20 de marzo de 2013

El Demonio de Tasmania podría ganar la batalla contra el cáncer


#DemonioTasmania. Un grupo de científicos australianos con el Doctor Greg Woods, reconocido inmunólogo, a la cabeza, han dado un paso de gigante en el conocimiento de la enfermedad de tumores faciales del Demonio de Tasmania (DFTD por sus siglas en ingles) que ha puesto en serio peligro la supervivencia de este emblemático marsupial de la isla de Tasmania, el cual debido a esta delicada situación, se encuentra en la Lista Roja de la UICN (International Union for Conservation of Nature).

Mediante la secuenciación del genoma de ejemplares con la enfermedad y comparándolo con el genoma de ejemplares sanos han podido comprobar una diferencia muy importante entre ambos, la ausencia de un grupo de moléculas inmunológicas conocidas como "Complejo Mayor de Histocompatibilidad" (CMH) en los demonios enfermos.

Sin este marcador clave, las células enfermas no son percibidas como "extrañas" por el sistema inmunológico y por tanto son autorizadas a proliferar. La esperanza de los científicos radica en el hecho de que el código genético de las moléculas CMH sigue conservado de manera intacta en las células cancerígenas, por lo que se espera poder llegar a activarlas a través de la introducción de moléculas señal, mediante vacunas.

Origen y Dinámica

Mediante la secuencia y con trabajos de detección genética, han sido capaces de entender la dinámica así como el origen de la enfermedad, el cual los investigadores sitúan hace unos 15 años en una hembra de la especie.

Los científicos han conseguido saber que la dinámica de propagación de la enfermedad se da a través de las mordeduras entre demonios (Habituales en las interacciones sociales de la especie). De esta forma, la DFTD se propagó ha gran velocidad y produjo el declive de la especie.

Cautividad como prevención

Desde el año 2005 se impulso un proyecto para la protección y recuperación de la especie, así, se sacó de la naturaleza 270 demonios sanos para conservarlos en cautividad como medida de prevención por si hiciera falta en un futuro recuperar la especie en estado salvaje (Algo parecido a lo que se ha hecho en España con nuestro Lince Ibérico).

No obstante si el restablecimiento de la población salvaje tuviese que llevarse a cabo, no sería una tarea fácil, dado que antes de reintroducir ejemplares en el hábitat salvaje tendrían que estar muy seguros de que no haya demonios enfermos allí fuera, de lo contrario la enfermedad podría volver a propagarse, e incluso si llegan a erradicar la enfermedad en los demonios, tendrían que asegurarse de que no haya restos de ella en el hábitat natural. Una ardua tarea que esta en manos de los mayores expertos de esta especia, por lo que esperemos que llegue a buen puerto.


El Demonio de Tasmania es un animal que solo se encuentra en la isla que le da el nombre, anteriormente era posible encontrarlo en toda Australia. Desde que el DFTD se registró por primera vez en 1996, ha desaparecido alrededor del 91% de la población de esta especie.

Una vez que los especímenes contraen la enfermedad, es cuestión de 3 a 6 meses para que pierdan su vida, según los científicos de la investigación. Las lesiones comienzan a aparecer al rededor de la boca y al hacerse más grandes, les imposibilitan comer y no pueden luchar contra otros demonios por la comida, al encontrarse débiles, por ello suelen morir por inanición.

Esperemos que en unos años esto sea agua pasada (Como el caso de los Linces Ibéricos) y todo el mundo pueda disfrutar de estos preciosos mamíferos. Para terminar os dejó con esta divertida foto del demonio de tasmania más famoso del mundo para subir el ánimo. Saludos!


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