martes, 21 de septiembre de 2010

México; Desierto de Chihuahua


Ya llevo medio año con mi blog Animalia, y si bien es cierto que al comienzo de este dije que escribiría de animales así como de lugares donde estos habitan, no lo he podido llevar a cabo todavía, ya que he tenido mucho trabajo con “La Ventana Del Medio Ambiente”, la propia “Animalia”, así como el llevar para delante mis estudios, no en vano, a partir de ahora quiero intentar publicar una noticia de este tipo cada cierto tiempo, para no dejar de cumplir lo que dije, es por ello que hoy empiezo hablándoos de uno de los lugares más inhóspitos del planeta, que por el nombre del post no creo que tengáis duda alguna de lo que se trata, hoy os hablaré de los desiertos, más concretamente del Desierto de Chihuahua, comenzar con este desierto es en parte, una forma de agradecer a la comunidad americana el apoyo que le brindan al blog, tanto a este como a La ventana del medio ambiente, ellos son una parte muy importante que hacen que cada día me levante con ganas de mostraros las últimas noticias del ámbito, sin más preámbulos paso a hablaros de este maravilloso lugar...

Todos tenemos una imagen en la mente cuando se nombra la palabra “desierto”, pero, ¿Cual es su definición? Hagamos una breve reseña:

Un desierto es un ecosistema que recibe pocas precipitaciones (Generalmente casi nunca superan los 250 milímetros al año). También se les suele asociar a estos la poca presencia de vida, pero nada más lejos de la verdad, eso depende de la clase de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad.

Los procesos de eriosión son factores importantes en la formación del paisaje desértico. Según el tipo y grado de erosión que los vientos y la radiación solar han causado, los desiertos presentan diferentes tipos de suelos: desierto arenoso es aquel que están compuesto principalmente por arena, que por acción de los vientos conforma las dunas, desierto pedregoso o rocoso es aquel cuyo terreno está constituido por rocas o guijarros.

Desierto de Chihuahua:

Es el desierto más extenso de América del Norte con un área de 450.000 km², aunque algunos investigadores consideran inclusive un área 520.000 km², lo que hace que sea el 36% del total de área desértica del continente. El Desierto Chihuahuense se ubica en 10 estados de la República Mexicana; Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y parte de Hidalgo, Querétaro y Aguascalientes y dos de Estados Unidos; Nuevo México y Texas.

La zona es desértica porque está rodeada por tres cadenas montañosas; al este la Sierra Madre Oriental que detiene la humedad del Golfo de México, al oeste la Sierra Madre Occidental que detiene humedad del Pacífico y Golfo de California y al norte (aunque más lejanas) las montañas Rocallosas del lado estadounidense.

El Desierto de Chihuahua presenta una altitud que varía entre los 600 m a los 1.675 m de altura sobre el nivel medio del mar. Como consecuencia, éste tiende a tener un clima ligeramente más templado durante el verano comparado con el Desierto de Sonora, ubicado al oeste, aunque, usualmente, las temperaturas oscilan entre los 35 °C y 40 °C durante el día. El clima invernal varía de moderadamente templado a muy frío dependiendo de la altitud. La precipitación es más abundante comparado con la mayor parte del Desierto de la Gran Cuenca y los desiertos de Sonora y Mojave; de cualquier forma, ésta es menor a los 250 mm por año, con la mayor parte de la lluvia cayendo durante la temporada de monzón al final del verano. La precipitación en forma de nieve es escasa con excepción de las regiones ubicadas a mayor elevación.


Flora

En los desiertos de México se calcula que existen más de 6000 especies de plantas (en comparación con las 5,000 plantas de las selvas húmedas). La topografía accidentada y los distintos tipos de suelo permiten esta enorme cantidad. En el desierto de Chihuahua hay pastizales, arbustos de huizache, matorral micrófilo (hojas pequeñas) de baja altura.

Entre las especies que destacan están el creosote, también llamada gobernadora o hediondilla (Larrea tridentata), y el hojasén o yerba del hule (Flourensia cernua), que es una especie característica y se le encuentra más esparcida, aunque puede llegar a cubrir áreas extensas bajo determinadas condiciones de humedad y suelo. Otras plantas comunes en la parte norte del desierto incluyen arbustos como el chamizo o costilla de vaca (Atriplex canescens), la mariola o guayule (Parthenium incanum), y el mezquite dulce (Prosopis glandulosa). De igual forma existen suculentas como una variedad de pequeñas a medianas cactáceas, tales como la cholla (Opuntia imbricata), yucas o palmitas (Yucca elata, Yucca torreyi), y agaves tales como la lechuguilla (Agave lechuguilla), característico de este desierto. Los pastizales también son comunes, como la navajita negra (Bouteloua eriopoda) y el toboso común o zacate galleta (Hilaria mutica). Otro tipo de plantas comunes son el ocotillo (Fouquieria spendens), el sotol (Dasylirion spp.), la biznaga de agua o cacto de barril (Ferocactus wislizenii), así como el peyote.



Fauna

Los animales del desierto al igual que las plantas deben adaptarse a las difíciles condiciones predominantes; por eso si se visita un desierto a medio día se encontrarán pocos animales, ya que la mayoría evitan el calor intenso de esas horas y salen a buscar comida por la noche. Hay animales que pueden pasarse días y hasta meses sin tomar agua como las tortugas del desierto. Otros están adaptados para obtener el agua de la carne de sus presas o de las plantas que ingieren. Y de estas plantas o animales que ingieren retienen toda el agua a través del proceso digestivo, llegando al extremo de especies como la rata canguro quien obtiene toda el agua que requiere de las semillas que come y no necesita otra fuente de agua.

El desierto presenta una abundante fauna. Algunos animales típicos de este son el conejo del desierto (Sylvilagus audubonii); la liebre (Lepus californicus); el ratón de cactus (Peromyscus eremicus); el zorro veloz (Vulpes velox); la ratona o matraca desértica (Campylorhynchos brunneicapillus); el correcaminos (Geococcyx californianus); la serpiente de cascabel del Mojave (Crotalus scutulatus); la culebra chirrionera (Masticophis flagellum); el huico de Nuevo México o lagartija cola de látigo (Cnemidophorus neomexicanus); el sapo manchado (Bufo punctatus); la salamandra tigre (Ambystoma tigrinum); la rata de maderas (Neotoma albigula); el murciélago pálido (Antrozous pallidus); el bisonte americano; el coyote (Canis latrans); el lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi); el zorrillo (Mephitis macroura); el gato montés (Lynx rufus); y el ciervo mulo o venado bura (Odocoileus hemionus).

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