Los promotores de la campaña Libera a Susi (Libera, FAADA y Born Free Foundation) han informado que desde el pasado diciembre, el recinto de Susi se encuentra vallado para que el público no pueda acceder a la pasarela de observación y que se ha colocado una cámara para poder observar sus movimientos dado que ha sufrido desmayos.
"Susi en la actualidad es un espectro: sus costillas se pueden contar una a una a simple vista, sus orejas presentan heridas, y su rostro muestra el dibujo de cada uno de los huesos de su cráneo", explican en un comunicado.
Según estas organizaciones, las condiciones de vida de Susi -en un espacio que dicen “es de 600 metros cuadrados” y de Yoyo, la otra ejemplar de elefante, están provocando daños en su salud que les llevará hacia una muerte prematura.
Precedentes
En el caso de Yoyo -que llegó al zoo para sustituir a Alicia, la anterior compañera de Susi ya muerta- aseguran que el animal sigue confinado en la instalación contigua "sin posibilidad de ser unida a Susi, a pesar de la publicidad engañosa puesta en marcha por el Zoo de Barcelona que las muestra a ambas juntas y rodeadas de vegetación por obra y gracias del 'photoshop'".
Reclaman por ello al Ayuntamiento de Barcelona que se traslade a ambos animales al zoo de estilo safari Sigean donde podrían integrarse a una manada ya existente con la ayuda de profesionales expertos en el manejo de elefantes.
Las organizaciones animalistas temen, en caso contrario, que Susi, de 37 años, pase a engrosar "en breve" las estadísticas que indican que los elefantes en zoos urbanos viven 40 años menos que sus congéneres que lo hacen en libertad y que llegan hasta los 70.
Las asociaciones denuncian los efectos traumáticos que tuvo sobre Susi el proceso de eutanasia de Alicia, cuyo cadáver fue cortado en su presencia con una motosierra, ya que la grúa con la que contaba el zoo no cabía por la puerta de entrada, con el agravante de que dejaron los trozos junto a ella durante toda la noche, ya que era la hora de salida del personal, que los retiró al día siguiente.
Los animalistas señalan que los elefantes tienen una estructura social compleja, son extremadamente afectivos y forman parte del grupo de animales con capacidad de autoconciencia junto a los delfines, grandes primates y los seres humanos.
Sin embargo, afirman las mismas fuentes, Susi parece todavía temer y rehuir a Yoyo, que cada día muestra por su parte "una gran necesidad de estar en compañía de otros elefantes" y ofrece muestras de estrés, angustia e "impotencia ante el encierro".
"Susi en la actualidad es un espectro: sus costillas se pueden contar una a una a simple vista, sus orejas presentan heridas, y su rostro muestra el dibujo de cada uno de los huesos de su cráneo", explican en un comunicado.
Según estas organizaciones, las condiciones de vida de Susi -en un espacio que dicen “es de 600 metros cuadrados” y de Yoyo, la otra ejemplar de elefante, están provocando daños en su salud que les llevará hacia una muerte prematura.
Precedentes
En el caso de Yoyo -que llegó al zoo para sustituir a Alicia, la anterior compañera de Susi ya muerta- aseguran que el animal sigue confinado en la instalación contigua "sin posibilidad de ser unida a Susi, a pesar de la publicidad engañosa puesta en marcha por el Zoo de Barcelona que las muestra a ambas juntas y rodeadas de vegetación por obra y gracias del 'photoshop'".
Reclaman por ello al Ayuntamiento de Barcelona que se traslade a ambos animales al zoo de estilo safari Sigean donde podrían integrarse a una manada ya existente con la ayuda de profesionales expertos en el manejo de elefantes.
Las organizaciones animalistas temen, en caso contrario, que Susi, de 37 años, pase a engrosar "en breve" las estadísticas que indican que los elefantes en zoos urbanos viven 40 años menos que sus congéneres que lo hacen en libertad y que llegan hasta los 70.
Las asociaciones denuncian los efectos traumáticos que tuvo sobre Susi el proceso de eutanasia de Alicia, cuyo cadáver fue cortado en su presencia con una motosierra, ya que la grúa con la que contaba el zoo no cabía por la puerta de entrada, con el agravante de que dejaron los trozos junto a ella durante toda la noche, ya que era la hora de salida del personal, que los retiró al día siguiente.
Los animalistas señalan que los elefantes tienen una estructura social compleja, son extremadamente afectivos y forman parte del grupo de animales con capacidad de autoconciencia junto a los delfines, grandes primates y los seres humanos.
Sin embargo, afirman las mismas fuentes, Susi parece todavía temer y rehuir a Yoyo, que cada día muestra por su parte "una gran necesidad de estar en compañía de otros elefantes" y ofrece muestras de estrés, angustia e "impotencia ante el encierro".
Vía: EFE Verde
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